Un adios impronunciable
Te vas y no lo sabes,
con el suspiro maltrecho de un adios impronunciable,
entre caricias de soles y sin noche.
Te vas como quién nada sabe,
sospechando en la intuición que surca el aire,
sin pensar y dormitando bajo el último abrazo.
Te vas despacio y en silencio, con murmullo lejano,
sobre el frío, en un sueño, en mis manos,
con mi beso y tus ojos cerrados.
Te vas sin saberlo,
te vas y yo me quedo,
me quedo y te lloro, te lloro a mi lado.
Para Muma
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