Y a veces tendré que sostenerte en una mano,
que la otra no sepa, nada intuya,
un suspiro exhalar de cuando en cuando
y a ratos emitir un silencio ocultando.
Dormitar, bien lo sabes, allá en la carencia
que de ti, es y ha sido mi existencia,
y soñar que una vez, entre nieblas quimeras
has dejado en mi sombra, tatuada, tu esencia.
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